Los vampiros de la fruta y las chicas del baloncesto

Llevo unos días un tanto desconectada de este blog por cuestiones laborales y vuelvo con muchas cosas que contar y poco tiempo para contarlas. Por este motivo, me quedo con dos: el éxito de las chicas del baloncesto, con una medalla de bronce en el Mundial de la República Checa tras pasar a semifinales después de un partido épico contra Francia, y los IgNobel 2010, que cada día me alucinan más por la capacidad de los premiados de encontrar temas de estudio tan poco comunes.

Empecemos que con los IgNobel. La Universidad de Harvard fue sede de la entrega de los premios IgNobel 201o, los llamados premios Nobel alternativos. Pues bien, aparte de los dirigentes de algunos bancos, incluido Lehman Brothers, que han recibido el galardón por «crear y estimular nuevas vías de invertir dinero, vías que maximizan las ganancias y minimizan los riesgos financieros en la economía mundial, o en parte de ella», en Biología ha sido distinguido un equipo científico chino-británico.

El objeto de su investigación cumple a pies juntillas la filosofía de estos premios que, según su fundador, «honran los logros auténticos que hacen que la gente primero se ría y luego piense». Ese objeto no es otro que La felación entre los vampiros de la fruta prolonga el tiempo de cópula, publicado en la revista electrónica Plos One.

Obviamente, existen muchas más categorías y en ninguna de ellas el o los premiados defraudan.

Si ya pensar en investigar sobre la felación en los vampiros de la fruta y su influencia en el sexo es tener muy claro lo que quieres hacer y cómo, -a mí se me hace difícil pensar cómo- también muy claro lo tiene que tener el equipo anglo-americano que investigó un método para limpiar los mocos a las ballenas mediante un helicóptero de control remoto y así hasta completar toda la lista.

Realmente, creo que esto es lo que más me alucina de estas investigaciones. Si ya es difícil pensar el objeto de cualquier tesis, tesina y demás, ¿cómo se puede llegar hasta ahí? Supongo que con mucha imaginación, una dosis de buen humor y seguridad en lo que quieres o todo lo contrario.

Las chicas del baloncesto, por su parte, han demostrado este fin de semana que ellas sí pueden. Una meritoria medalla de bronce en el Mundial de la República Checa, el mejor resultado de su historia, demuestra que con ganas, coraje y una Amaya Valdemoro sublime se puede llegar muy lejos. Quizás fueron esas ganas de llegar, ese coraje por superarse, las que les faltaron a los chicos que, espero, vuelvan a encantarnos a todos con su juego.

No voy a entrar en las críticas formuladas tras la semifinal contra Estados Unidos -muchos dijeron que no habían luchado en un partido perdido de antemano para reservarse para el tercer y cuarto puesto- porque no se puede reprochar nada a unas mujeres que ganaron de uno y en la prórroga a las campeonas de Europa, las francesas.

Enhorabuena y a esperar los Juegos Olímpicos.