¿Qué falla?

Después de un fin de semana con los controladores descontrolando, con las insinuaciones de que un nuevo Bush, esta vez Jeb, quiere aspirar a la Casa Blanca, con más noticias sobre violencia doméstica y lo poco que escarmentamos los periodistas, etc., decido ir a la piscina a nadar un rato y despejar la cabeza. Cuál es mi sorpresa cuando llego allí y me doy cuenta de que parte de ella está ocupada por los cursillos y la otra parte parece un centro de recreo.

Nada más llegar, el chico que controla la entrada corrobora mi impresión. Me dice que tenga paciencia, que los cursillos de los pequeños hacen que la otra parte de la piscina se ocupe por hermanos que aprovechan la hora para estar allí un rato y que harán todo lo posible por habilitar una calle más.

Bajo y en poco tiempo me doy cuenta de que el uso que están haciendo de la piscina no es malo, lo malo son los roles que están reproduciendo. Una vez me meto en el agua, me doy cuenta de que los chicos de esa pandilla de adolescentes están nadando cual Michale Phelps para impresionar a unas chicas que los miran a ellos y la colocación de su biquini, se ponen el gorro de forma favorecedora -si eso es posible- y cuchichean entre ellas sobre lo guapos que son, lo morenas que están y «mira fulanita nadando como uno más, siempre ha sido un poco tío».

Me pregunto: ¿Qué hemos hecho mal? ¿Por qué es tan raro que una adolescente vaya a una piscina a hacer ejercicio y no a lucir el biquini? ¿Qué les estamos enseñando? ¿Tanto estamos retrocediendo? Sinceramente, a mí la escena de hoy me ha dejado un regustillo de preocupación que no me gusta nada. Espero que sea fruto de la tontería que todos hemos pasado a esa edad aunque lo empiezo a dudar.

2 respuestas a “¿Qué falla?

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