Locura

No sé si soy yo pero creo que el mundo está hoy un poco más loco. Gays que no pueden renovar su carné de conducir en Italia porque «tienen una enfermedad», miles de personas en la calle en Lorca, fotos macabras publicadas por los periódicos, reflexiones sobre el asesinato de Bin Laden, análisis electorales, el FC Barcelona campeón de liga, insultos entre seguidores, el Tenerife a punto de ir a Segunda B, Gasol  y sus no problemas personales, Milá y el juez, calor, dudas, Alejando Sanz y el Twitter, Bildu, Libia, Grecia, la limitación del tratado Schengen…

Mi cabeza no puede más. Tengo la sensación de que todo va demasiado. Creo que la velocidad se multiplica de forma exponencial a los días que pasan. Recuerdo a Mafalda diciendo: «Paren el mundo que me bajo» y cada vez estoy más de acuerdo con ella.

En un mundo tan rápido, en el que no nos paramos prácticamente a reflexionar nada, no se puede hacer algo con cordura. Necesitamos tranquilidad. Tranquilidad para interpretar las cosas, para pensar en nosotros, para construir nuestro futuro y, sobre todo, para vivir en la mayor extensión de la palabra. Dejemos las comas y los puntos y seguidos, y empecemos a cerrar asuntos para poner puntos y aparte de forma cuerda y razonada.